jueves, mayo 17, 2012

El fin del neoliberalismo


Pretender hacer un resumen reciente de la historia de nuestro país se convierte en una tarea hercúlea que determina que es menos complejo contar absolutamente todo lo que sucedió y que derivó en lo que es Argentina hoy. Sin embargo, el espacio no es infinito.
Lo que vivimos en estos momentos es la culminación de algo que comenzó hace mas de cincuenta años con la llamada Revolución Libertadora, la dictadura militar apoyada por intelectuales, empresarios, la izquierda en pleno, y algunos sindicatos. Este proceso iniciado por Aramburu prefiguró desperonizar al país, un culto que se creía degenerado y había terminado por apabullar la democracia republicana y deprimir la economía con planes quinquenales que mas olían a comunista que a algo serio. Porque lo serio, en este país, siempre fue lo que ofreció Estados Unidos. Y así lo hizo saber la revolución cuando con sus aviones catequizados sobrevoló Plaza de Mayo haciendo escapar al caudillo a bordo de la cañonera paraguaya. La revolución planteaba una economía seria.

Y así pasó el desarrollismo de Frondizi, echado por los militares por permitir que se presentara una fórmula peronista. Y así paso Illia, que había amagado con hostigar a las farmacéuticas y a las petroleras. Y así llegaron los cursillistas de Ongania, y así llegó Lanusse y su dictablanda. En el ínterin, el mundo convulsionado por Cuba y Algeria. Por el Mayo Francés y por las brigadas rojas. Aquí esos sabores internacionales fueron un intenso súmmum con el secuestro, juicio sumario y ejecución de Pedro Aramburu por el prominente movimiento revolucionario peronista autodenominado "Montoneros", en homenaje a las montoneras Rosistas. Obviamente defenestrado por los militares anti marxistas, que en su momento habían derrocado a Perón por nazi y fascista.
La United Fruit, la Standard Oil y otras, atemorizadas acudieron al gobierno norteamericano. Y este acudió a Kissinger. El Estado de Bienestar tenía que ser desmantelado. El New Deal tenía que acabarse. Al menos para el "patio trasero". Y entonces fue que Latinoamérica obtuvo el Plan Cóndor y feroces comandantes católicos y antimarxistas fueron dirigidos por Kissinger. Paradojal pero cierto.
La violencia arranca antes en la Reina del Plata. Arranca con Perón llegando a Ezeiza y eligiendo a quienes siempre eligió: la columna vertebral del movimiento por sobre la juventud. Rucci por sobre Firmenich. Rucci es asesinado y Perón se derechiza aun mas. El pacto social disuelto por un asesinato estratégicamente imbécil.
Leyendo una columna de Juan Gelman del 2001 para Pagina/12, en la cual comenta la demencia de Firmenich de querer presentarse para presidente en medio del caos reinante, entiendo como llegamos a ese momento histórico.
Perón y el Lopezrreguismo inventan la Triple A y con ella el fin de la supuesta subversión. La Triple A sirvió de base luego a las bandas perversas y asesinas que nutrieron las filas del ejercito en el periodo posterior, tras el derrocamiento de Isabel Perón. Videla, Massera y Agosti habían llegado para instaurar de en serio el neoliberalismo en la Argentina, como ya se estaba desarrollando en los cuatro confines del continente. Esto no habría sido posible sin la natural connivencia de mucha de la población civil, alterada por la tensión que había provocado la volatilidad de los movimientos revolucionarios. La izquierda y el peronismo fueron barridos mediante secuestros y tortura. Los medios de comunicación tenían dos elecciones, cerrar o acompañar. Los mas grandes acompañaron con fines inexactos pero promovidos por una ambición que los haría crecer.

Pablo Giussani en su libro "Los días de Alfonsín" explica esto de manera sucinta. Es necesario explicar el porque de esto sin extrapolarlo del momento histórico. ¿Los militares surgen por culpa de la guerrilla? Claramente no. Su represalia fue desmesurada entonces. No. La dictadura emerge con un fin determinado, mas allá de los movimientos como Montoneros y el ERP. Surge con el fin de destruir un sistema económico. El capitalismo había sido salvado por Keynes dándole un rostro mas generoso y humano. Ese capitalismo para EEUU no debía existir mas. Por eso, los desaparecidos fueron el mascaron de proa. Alfonsín ganó contundentemente las elecciones. El mas peronista de los radicales venció primero en las internas a De la Rúa, la derecha del radicalismo, y luego a Luder, que, irónicamente, se había prendido fuego aliándose con Herminio Iglesias, que aunque peronista, estaba a favor de la dictadura como de la nefasta guerra de Malvinas, parándose así, a la derecha de Genghis Khan.
Las arcas del gobierno estaban desguarnecidas, y Alfonsín tuvo que anteponer un plan de ajuste anti popular a su ideario de reconstrucción del estado de bienestar. Asfixiado por la inflación y por las contradicciones internas (Arturo Frondizi se había sumado a las huestes de Herminio Iglesias, llevando así el apoyo de los medios desarrollistas que se sumaban entonces a La Prensa y La Nación que ya estaban en contra del gobierno por su tratamiento del Juicio a las Juntas), la hiperinflación y los sindicatos comenzaron a jaquear el gobierno de Alfonsín. Llegaron los levantamientos carapintadas y el copamiento de la Tablada. Llegado un punto, lo mejor que podía hacerse era renunciar y eso es lo que hizo entonces el caudillo radical, dándole paso al verdadero entregador.

Cuando dicen que Menem estaba rodeado de "Che pibes" me genera risa. No hubo ni habrá jamás un "che pibe" mas grande que Carlos Menem que fue el cadete del establishment de Chicago y del consenso de Washington. Capitán de ese Titanic del cual fueron los primeros en bajarse, terminaron de imponer vía Cavallo ese neoliberalismo salvaje y estadístico que exigían los organismos internacionales de crédito. En los 90 se hizo todo a favor de EEUU y esos organismos. Se achicó el estado, se terminó de destruir el estado de bienestar a favor del capital especulativo. El FMI jamás estuvo tan feliz como con Menem y Cavallo. Pero claro, el pueblo estaba desprovisto. Y así ganó la Alianza. Esa comunión de peronistas expulsados con socialistas y radicales. De la Rúa, derrotado en el 83, tenía otra chance. Pero esta estaba diezmada por, una vez mas, el pobre panorama al cual se tenía que enfrentar. El ajuste propuesto por su gobierno (con Cavallo una vez mas a la cabeza) era aun mas draconiano que el de Alfonsín. Y no se hicieron esperar los desbarajustes. Los sindicatos se opusieron a la ex montonera, ex menemista nueva ministra de trabajo Patricia Bullrich y su nueva ley laboral. El pueblo entero se opuso al desfalco que se quería hacer con los jubilados y trabajadores en general (con especial acento en el gremio docente) y la tensión social llegó a límites insospechados. Solo faltaba una chispa para hacer estallar todo. Y esa chispa provino del gobierno al dictaminar el estado de sitio. La noche del 19 de diciembre fue el detonante de la tarde del 20, donde la infantería, autorizada por el gobierno, asesinó a mas de treinta argentinos para defender un sistema neoliberal que estaba llegando a su fin jaqueado por mas o menos lo mismo que había sacado del poder a Alfonsín mas de una década antes. Saqueos, contradicciones internar, sindicalismo en contra. Lo único que faltaba eran los militares. Y esto era porque ya venían diezmados por Menem y su eliminación del servicio militar obligatorio. Claro, que les había dado los indultos por el otro lado. Ese era su punto final (que probaría no estar dado del todo).

2001 terminó con sangre y con el presidente de las sombras impuesto por asamblea pero no popular. Duhalde, el hombre detrás del caos saqueador en Buenos Aires era el presidente y tenía un plan para descerrajar el corralito bancario de De la Rúa. Devaluación. Su ministro de economía Roberto Lavagna entendió lo lógico: la gente tiene que consumir. En estos días donde Europa entera sufre lo que sufrieron los argentinos en esos años, ese plan suena innovador incluso. No hay que seguir ajustando. Eso genera muertos e indignados. Hay que calentar la economía. Y eso nos dieron. Papel de juguete que de repente compraba comida. Kirchner siguió con ese plan, pero le dio impronta izquierdista de la cual Duhalde carece (y lo dejó en claro con Kosteki y Santillan). Logró terminar con el partido militar convirtiendo la ESMA, el centro de la desgracia en los años de plomo, en un museo del holocausto. Le ganó la pulseada a los laboratorios con las recetas magistrales implementadas por su ministro de salud Gines Gonzalez, que se peleó con la Iglesia por su apoyo a las medidas anticonceptivas. Le dijo no al ALCA, el intento yankee de reinstaurar el neoliberalismo en Latinoamérica nuevamente, pero de manera diplomática. Motivó el consumo reconstruyendo el estado de bienestar, mas activo que nunca hoy por medidas como la Asignación Universal por Hijo y las jubilaciones en manos del estado, reivindicaciones históricas de la izquierda. Dio apoyo a la CTA, la Central Obrera que surgió como oposición a la enquistada y anquilosada CGT. Dio libertad a las luchas paritarias en los sindicatos para poder mejorar el salario de los trabajadores, siempre detrás de los precios por la inflación. Devolvió los jóvenes a la política militante de verdad. Es cierto que en la izquierda tradicional los jóvenes siempre fueron el motor de la política, pero también es cierto que desde el 2001, el lógico desprecio a la partidocracia había deprimido esos fervores de lucha.

Y finalmente y ya con su mujer como presidente, Nestor Kirchner se envolvió en la lucha mas dura de todas: pelear contra el grupo Clarín, el verdadero enemigo. Dicen que Cesar Jaroslavski, el histórico legislador radical le dijo a un peronista ya dejando su despacho: "Cuidado con Clarín que pega como partido político y luego se defiende con la libertad de expresión". Clarín es el modelo del medio periodístico moderno. Esta y no esta. Apoya y no apoya. Fue amigo de las dictaduras hasta que fueron sustituidas. Si estas sustituciones eran apoyadas por la clase media, ahí iba Clarín. Apoyó a Menem durante buena parte de la década de los 90, ocultando sus chanchullos y corruptelas hasta que vio que el termómetro popular indicaba que la gente ya no quería mas al célebre riojano. Entonces comenzó a apuntalar a la Alianza, a la cual sostuvo mientras le convino, y entonces todo sucumbió y erigió a Duhalde, el Napoleón posmoderno que necesitábamos para salir de la crisis. Y luego también estuvo con los Kirchner, el presidente con menos caudal de votos en la historia. Pero lo condicionó. Y estuvo en contra del gobierno cuando éste intentó hacer pasar por el congreso la ley de retenciones móviles. Y entonces la relación, amistosa hasta entonces (Kirchner había aprobado la fusión de los sistemas de cable Cablevisión y Multicanal) se rompió. Y como algún anónimo rubricó "Nadie sobrevive a tres tapas malas de Clarín". Clarín era un gobierno en si mismo. Dueño de mas de doscientos medios, entre ellos, su histórico gran competidor, La Nación, el canal de cable mas visto de noticias, TN, Canal 13, y radios como Radio Mitre, tenía todo para derrocar al gobierno de Cristina Fernández de Kirchner. La capacidad de implantar ideas, ideologías, y métodos. En la gente, y en los políticos de la oposición, que ganaron en las legislativas del 2009 gracias sobre todo al grupo Clarín. Políticos que hicieron todo lo que quiso el CEO de Clarín, Hector Magnetto, hasta las elecciones de octubre del 2011, donde Cristina Fernández renovó mandato con un brutal apoyo popular, superando por mas de 40 puntos al segundo. Y ahí, el amor se rompió. La primera gran medida del 2012 fue recuperar el 51% de las acciones de YPF. El radicalismo, que hasta hacia poco ni siquiera había querido votar el presupuesto nacional, acompañó esta medida soberana (amparándose en los recuerdos de Irigoyen y Mosconi). No tenían mucho que hacer, ya que después de las elecciones del 2011, el congreso tomó nuevamente color oficialista.

Hoy, el país, ha olvidado de a poco los sinsabores de esta década, y ha dejado de ver en Clarín el centro de la verdad. El grupo de medios mas importantes ha quedado expuesto como un constructor de relatos y es tiempo de que el gobierno lo devuelva a un amable segundo plano.
Los momentos amargos no se relegaran nunca, pero se los puede recordar de otra manera. Como escollos superados con éxito por medidas que hay devuelto al pueblo al centro de la escena.
Porque hay que acompañar cuando las cosas se hacen bien y criticar cuando se hacen mal. Pero desde acá. Desde la sinceridad. Mucho mal le han hecho al país los aviesos. Y siempre quieren volver. Por eso hay que estar alerta y buscar las señales sin paranoias. Si están se van a ver. Ojalá no se vean nunca mas.

lunes, abril 16, 2012

HOSTIA! LA VAMOS A PASAR TETA!



En twitter, un descolgado puso "La gente se enoja por la expropiación de YPF pero no por la de nuestra salud y educación. Que panda de catetos". Si un español tiene el cerebro suficiente para decir esto, que es TAN cierto, que previene a nuestros argentinos, como Jorge Lanata, de hacer lo propio? Obvio. Su odio. Y como ellos tienen odio, porque ven su país neoliberal desmoronarse ante la fuerza de las medidas totalmente anti neoliberales, necesitan recrearlo. Los Lanata de este pais necesitan el pais neoliberal para poder hacer el periodismo que a ellos les gusta, el de la investigación concienzuda para embarrar a alguien o a algo concreto para producir contenidos. Los contenidos periodisticos existen cuando esta todo mal. Cuando las cosas van bien, no se venden diarios, la gente no ve programas periodisticos, las discusiones no terminan con sangre. Y eso es lo que necesitan los periodistas como Jorge Lanata. Sangre. Entonces, cansado, yo, le voy a dar sangre.
Lanata, sos un gordo traidor hijo de puta. Te decis peronista, y estas en contra del gobierno mas peronista de Perón de toda la historia. ¿Que carajo sos entonces? Sos un periodista. Y el periodista es el sacerdote que coge. No se lo puede tocar, no se lo puede criticar. Se lo tiene que entender. Y yo, a ustedes, los odio, pero los entiendo. "Panda de catetos". Eso es lo que son. Pero los entiendo. Entiendo que necesitan el caos para vender. El caos es la casa matriz a la cual se postulan. Hoy, Morales Solá, Pagni, Grondona, los que estan en la derecha, van a atacar esta decisión pero por convicción. Los Lanata se van a agarrar de los "¿Y quien va a pagar eso?". Basicamente lo mismo que va a hacer la izquierda oligofrénica y ombliguista que tiene este pais (y otros paises como Venezuela tambien). Y en algo van a tener razón, pero su cinismo va a hacer que lo mas importante de todo se desvanezca. El "porque" de la expropiación (que ni siquiera va a ser tal, se le va a entregar YPF a una empresa nacional con promesa de generación de puestos de trabajo e inversión). YPF se expropia porque el país necesita dinero e inversión y el anterior presidente peronista que tuvo este bendito país, regaló la empresa con connivencia de los mismos que ahora aplauden la recuperación. No seamos inocentes, pero tampoco anti patriotas. Es de cínicos no festejar esta medida porque hace veinte años los que la recuperaron cometieron ese error garrafal. De cínicos y de pelotudos. De imbéciles. Era el momento estratégico de recuperarla. España esta mal y no puede hacer nada. La economia de Argentina no necesita de España. Ya no es la madre patria. Es la vagabunda en el camino. Y seguro que en el futuro se va a levantar, pero ya no va a ser a cuesta de los Argentinos. Ese penal lo va a atajar el pueblo español, y lo va a hacer con los ojos tapados o con los ojos destapados.
Hay allá algun Lanata que le quite el velo de los ojos a esos millones de arqueros?

No, los periodistas pelotudos parece que son monopolio nacional (también).

miércoles, febrero 15, 2012

Todo lo malo

Sacar los subsidios a los servicios básicos y aumentar el sueldo de ministros, diputados y senadores esta mal.

Reprimir las protestas sociales (sobre todo cuando estas son pacíficas) esta mal.

Estar a favor de la megamineria esta mal.

Estar a favor de una megamineria que ni siquiera deja todos sus beneficios en el país esta mal.

Tirarle el fardo de la resolución de los conflictos a los gobiernos provinciales, muchos de ellos feudos, y los otros simplemente aparatos, esta mal.

Usar a la militancia juvenil comprometida como una obsecuente fuerza de choque esta mal.

No comprometerse de lleno con una ideologia esta mal.

Darle el control del espacio aereo a la fuerza aerea esta mal.

Construir mitos en base a verdades irrefutables, pero jamás mitológicas esta mal.

Usar una y otra vez los esqueletos de los demas pero olvidar una y otra vez los escondidos en el placard propio esta mal.

Hacer enemigos del aire esta mal.

Hacerle el juego a derechas e izquierdas esta mal.

Olvidar el aparato intelectual ideológico a favor y concentrar el estudio social en los imbéciles de la mesa chica esta mal.

Gastar fortunas en el circo cuando hay pan faltante esta mal.

No profundizar las medidas sociales excelentes por otras de marcada tendencia populachera esta mal.

Legitimizar una forma de política desvaida y avejentada por no encontrar una mejor esta mal.

Persistir en guerras mediáticas que cansan a la gente esta mal.

Querer perpetuarse en el poder sin un sustento popular esta mal.

Vuelvan al camino trazado en años anteriores. Vuelvan antes de que sea muy tarde.

jueves, febrero 02, 2012

La lealtad de kevlar

Es un paradigma nacional. En ningún otro país, de cultura occidental al menos, se hace tanto culto a la Lealtad y se la traiciona tan soberanamente. Esta cuestión tan nuestra trasciende los tiempos. Se ve en tiempos de San Martin, en tiempos de Rosas, de Irigoyen, de Perón. Todos ellos con culto a la lealtad, todos ellos traicionados. La traición es un concepto esquivo. Implica una diferencia suma de pareceres. El desleal, o traidor, es aquel que ha cambiado su idea o su visión de acuerdo a la que posee ése al que dice acompañar. El traicionado mantiene su ferrea postura (o supone que lo hace minimamente) y siente el desengaño de la mutación ideológica de ése que decía acompañarlo. El trancurso del tiempo es el mayor destructor de lealtades. Las ideas se templan o se atemperan. Se nublan o se hacen menos neblinosas. Se incendian o se enfrian. Sin embargo, hay otros destructores de lealtades. El primero es la ambición. La ambición nunca es mala dentro de un contexto controlado. Fuera de ese cuadro se convierte en egoismo. En la exaltación del yo. Y eso forma el corpus del traicionado siempre, justo antes de que suceda el acto de traición. Pero el traicionado no reconoce ese tic de su conducta nunca, simplemente porque siempre lo tuvo. El lider de ese "algo" siempre es egoista en cuestiones metafísicas. Por eso es Lider. No acepta el disenso, busca la eliminación de contrastes. A veces los líderes buscan formas democráticas de exterminar con los deslices dogmáticos de sus dirigidos. Busca, con su superioridad intelectual, lograr que el desacuerdo en los otros sea eliminado por los giros intelectuales de la discusión. Otras veces simplemente se ampara en su imagen de fortaleza (la cual nunca puede desacompañar al lider). Es cuando este recurso se repite que el lider empieza a sufrir "traiciones".

De la Lealtad

La lealtad es algo hermoso y complejo. Pero es como el hierro, no como el acero (me permito citar a George Martin, el autor de "Canción de Hielo y Fuego" describiendo a un personaje). "Mientras Robert era como el acero, brillante y flexible, Stannis es como el hierro, oscuro y siempre se parte antes de doblarse". Eso es la lealtad. Algo hermoso, pero oscuro, e imposible de arquear. La lealtad es o no es. No existen distintos grados de lealtad. La lealtad es una y la no lealtad es otra cosa diferente. Y ser leal a alguien es el principal error de nuestro gen nacional. El pueblo fue (y es enigmaticamente) leal a Perón. Perón era un conductor formidable con tremendos defectos y disquisiciones ideológicas profundamente incompatibles. La gente lo seguía igual. Por su imagen de fortaleza. Por su capacidad de generar consenso entre sus dirigidos (de vuelta, con incompatibilidades irreconciliables). Porque supo quien lo iba a acompañar. Los que lo siguieron fueron aquellos a los que jamás se les pidió que acompañen a nadie y a nada simplemente porque no valían nada hasta que llegó Perón y les dio un cuadro ideológico (un cuadro pobre, pero un cuadro al fin): el peronismo. La justicia social.

Claro, esta lealtad pende de un hilo porque trasunta los momentos del conductor. Pero el conductor esta atravesado por sus momentos. Su tiempo. Su edad. Su fe. Su propia ideologia. Su vida. Y esto complica la lealtad de sus dirigidos.

El hombre tiene que ser leal a una ideología. Y dentro de esta, a quienes la comparten y la profesan y la ejercitan dia a dia. Jamas a una persona. Las personas cambian. Las ideas no. Una vez que son texto, ejercicio, carne. Son. Los seres que procrearon esas ideas (un conjunto de seres de una determinada sociedad con particulares situaciones) pueden cambiar, como cambió Perón en su exilio. Pero jamas cambió su idea principal que era proteger a los desposeidos (con la obtención de un beneficio personal o no, el fin es noble).

De la traición

Donde lealtad va con mayúscula, traición va con minúscula. No porque no sea un acto inmenso. Sino por lo que duele. En el traicionado y en la mas de las veces, en el traidor. El traidor siente que lo que hace lo hace por el bien propio, de los demas, y tambien muchas veces, del traicionado. El traidor siente en lo mas hondo de su ser que el traicionado esta errando el camino y que con su traición (a la cual el no llama como tal) ayuda a corregir la situación. El traicionado, un lider supongamos, siente que el que ejerció ese acto cuestionó su autoridad entendida en autoridad ideológica, autoridad dogmática, autoridad patriarcal. Es por eso que la traición cuestiona su orgullo. Mancillado por el error de no haber previsto que en sus filas (en todo lider hay un comandante militar) había un usurpador. Porque todo traidor cuestiona el liderazgo. Y un liderazgo cuestionado es como aquellas películas de abogados donde un testigo dice algo que uno de los abogados no quiere que el jurado oiga y la solución del juez es borrarlo de los registros oficiales. La traición ya se cometió. Los otros liderados ya lo vieron. Y por mas que el traicionado busque las rendijas de la traición en otros y no las encuentre, en la memoria quedara ese acto grabado para siempre generando a futuro las represas que vertiran el agua acumulada. El trabajo del lider se torna difícil y trabajoso si no ha ejercido el liderazgo en base a su conocimiento y su ideología superior y mas "traiciones" han de ser esperadas. Es entonces donde el lider elimina a todos aquellos que le equiparan en intelecto prefiriendo a los mas leales, que suelen ser una mezcla de idiotas peligrosos con chupamedias. Y es asi donde un liderazgo se termina.

lunes, octubre 24, 2011

La Derrota

Todos aquellos que practicamos un deporte o algún juego desde chicos y desarrollamos el sentido de competividad sabemos muy bien lo que es jugar contra alguien a quien simplemente no le vas a ganar. Por capacidad del contrario o incapacidad propia, es asi, entramos en la cancha, mesa o court sabiendo que vamos a ser derrotados y la idea es poder irse con la frente en alto al menos aun entendiendo por completo que la derrota es derrota por mucho y por poco. Es derrota dejando todo como arriesgando poco y cuidándose para la próxima competencia. Es derrota. Ayer todos los contendientes al Gobierno oficialista se prepararon para una jornada larga e inequivocamente desastrosa. Perdieron. Por mucho. Desde las primarias hasta ahora lo único que han logrado es desunirse mas, avergonzarse mas y extraviar, por ende, mas terreno del que ya habían extraviado. La lucha susurrada, dicen, era por los cargos legislativos. Por meter algún senador, diputado o lo que fuere y entonces convertir una derrota durísima en una retirada honrosa hasta que aclare. De vuelta. Fue un fracaso.

Las aristas del fracaso son varias y bastante comunes a todos los de la oposición (salvo al Frente de Izquierda en algunos casos). Lo principal, y acá todos jugaron el mismo tonto juego, es que mienten y mintieron a niveles extra electorales. Han construido una versión de la realidad tan separada de la que ve la gente "común" que ésta, bombardeada por la propaganda oficial en sus diferentes vertientes ha llegado a una instancia de debate interno lógico si hay una ausencia de ideologia fuerte que es propuesta unicamente por la izquierda tradicional. Porque ideologia es dogma, política, consecuencia, militancia. Y en la oposición han tenido fragmentos de eso, pero jamas un todo. Por ejemplo, a la izquierda tradicional le ha sobrado dogma y política, pero ha visto reducido su caudal de consecuencia y militancia barrial. Lo opuesto le ha ocurrido al duhaldismo. Y el radicalismo carece de todo salvo de historia y esa misma historia parece desgranarse de a poco en base a las ridiculuces de sus dirigentes. La mentira, o verdades muy a medias se quedaron en el camino que hay entre la casa del argentino y la sucursal mas cercana de Garbarino. Y la gente las elude. Elude los casos de corrupción (como muchos los eludieron en el menemato pero en base a otras razones mucho mas pueriles) porque no le importa en gran medida. Le importa tener plata en el bolsillo para alimentar a su familia, y como eso esta medianamente cubierto ¿porque debería preocuparse por Schoklender, De Vido o ese de Transporte que ni se como se llama? La plata robada tiene rastro cuando nadie mas la posee. ¿De qué le sirvió a la oposición y a Clarin investigar tanto a Antonini Wilson o el patrimonio de Cristina? ¿Acaso Alfonsin va a repartir su patrimonio con los pobres? ¿O Duhalde lo hará? ¿Y Binner, el socialista? ¿Repartira las ganancias de sus hectáreas en el campo o desalambrará sus tierras y hará la reforma agraria? La hipocresía les puso la derrota delante de sus rostros y ellos, hipócritas, la negaron, porque perder sin saber que se va a perder es menos doloroso, porque hace mas digna la lucha previa. Sin embargo, entrar a la cancha con un gol desde el vestuario es casi imposible de levantar.

Ayer a las 21 horas Cristina Fernández de Kirchner fue proclamada presidenta de los argentinos, y habrá que ver que hace y escuchar atentamente que nos dice desde ahora, porque los adálides de la democracia burguesa van a tener que cerrar sus bocas y supeditarse al mandato popular, pero nosotros el pueblo tenemos que pedir mucho mas que este Estado de Bienestar. Tenemos que terminar con el status quo. Tenemos que terminar con los terratenientes del campo y con los mensajeros de la iglesia. Con los falsos democratas, con los mediocres revolucionarios. Con los chupacirios, con los "indignados" de café. Tenemos que cambiar el paradigma social. Y para bien. Porque esta democracia es una mentira mientras haya gente con hambre, mientras haya desaparecidos.

Al gobierno le digo, se hizo lo que se quiso, no lo que se pudo. Se puede mas. Este es el camino. Democracia real. Y no la que quieren los enemigos de la patria

miércoles, agosto 24, 2011

Tirar desde la izquierda

Eruditos modernos se mofan de la idea de muchos (mia tambien) de insertarse dentro del núcleo del poder estatal y hacer fuerza ideologicamente desde las bases para lograr hacer de este modelo centrista tibiamente "progresista", en un gobierno de izquierda real. Indudablemente, es un proyecto hercúleo, como también lo es la revolución marxista leninista. Estos eruditos cuestionan lo que ellos entienden como una endeblez ideológica de parte de los que a sabiendas que el poder se puede transformar, lo intentamos hacer desde adentro. Si esta claro. Un cincuenta porciento de la población apoyó un modelo de mediana inclusión social. Quizás el mismo cincuenta al que le importa poco o muy poco las desapariciones de Luciano Arruga o Julio Lopez. El mismo cincuenta que no se molesta por el patrimonio de los gobernantes (como tampoco se interesa por el patrimonio de aquellos popes capitalistas dueños de medio país en forma de empresas explotadoras), ni tampoco se interesa por las feroces represiones en ambos extremos del pais para defender un modelo neoliberal que hoy por hoy ya no existe. Y ojo, no es que lo hay es glorioso. Pero es mucho mejor de lo que existía. Y, los que estamos adentro, sabemos que, aunque hay que asfaltar, los caminos estan trazados para hacerlo. Y hay margen para lograrlo. JP Feinmann dijo el lunes siguiente del triunfo del oficialismo en las primarias "Para la derecha siempre será demasiado, para la izquierda siempre será demasiado poco". Y si. Va a ser asi. Pero es asi porque esto es "democracia". Y la democracia siempre fue burguesa. El problema grave fue cuando esa burguesia era una burguesia financiera, especuladora, no productora. En ese momento, nos fuimos al garete y, paradojicamente, la izquierda fue mas débil que nunca. Paradojicamente es un decir. La izquierda empieza a tener voz fuerte en los momentos de mayor crisis y en los momentos de mayor paz o estabilidad. Nunca en los grises. Siempre con motu propio, sin embargo, a la vista de los moderados, manejada por la derecha. Los sabios de la izquierda nacional se mofan de ese pensamiento. Ellos no le hacen el juego a la derecha porque los mismos moderados son la derecha. Su alianza táctica con la ultraderecha es solo para desbancar a los mencheviques del poder y luego disputárselo a sus otrora aliados. Un pensamiento desfasado. ¿Un ejemplo? Cristian Castillo dándole un largo reportaje a Clarin hablando de las burocracias sindicales jamas denunciando que Clarin echó a toda su comisión gremial interna. La izquierda trotskysta con la derecha neoliberal de la mano destrozando (y en algunos casos con razón) al moderado oficialismo. De Altamira no hablemos. El jerarca trosko que financia las campañas con las empresas manejadas por sus testaferros. Una vergüenza para la izquierda alrededor del globo.

Estos revolucionarios quieren llegar al poder (y lo intentan desde hace cuarenta años) por via electoral. Claro, salvo casos como Cuba donde la guerrilla y la gente del campo conquistaron la revolución, en Rusia por ejemplo, la revolución solo se logró porque los bolcheviques habían llegado al ejercito. La situación mundial, la primera larguisima guerra mundial, había empobrecido mas que nunca al pueblo, y los militares pudieron ser seducidos por la prédica de Lenin y Trotsky para poder tomar el Palacio de Invierno.

En este país, los militares, de la mas rancia tradición falangista y ultra católica, jamas de los jamases se uniran a la izquierda revolucionaria (que lejos esta incluso de existir), por tanto, la izquierda no tiene poder de fuego. Tampoco tiene medios de comunicación importantes (aunque tal vez deberían agradecerle a la Ley de Medios la posibilidad futura de tenerlos), o la capacidad militante que hoy por hoy tiene el peronismo.

Entonces, la realidad es que, los eruditos, en su siesta eterna, pueden seguir ejerciendo sus vidas pequeño burguesas desde la crítica eterna e imbécil, mientras los demas,

sabiendo donde esta el poder, podemos intentar cambiarlo desde adentro para que sea izquierda de verdad.

Pero cuando quieran, vamos y fusilamos a los Blaquier, a los Biolcati, a los Llambias, a los Roggio, a los Macri; ideologizamos a las masas, expulsamos a los terratenientes, recuperamos las tierras y hacemos viviendas populares que sirvan de fuertes para la revolución comunista.

¿Qué? ¿Es un sueño?

¿Entonces que carajo hacemos?

Ah, por eso es que nunca lograron nada.

miércoles, julio 13, 2011

La paz a cuestas


Nos han vendido la idea de que la violencia es mala, negativa. Eventualmente, hemos asimilado que la paz es la mejór opción (como la democracia, diría Churchill, el sistema menos malo). Claro, se sostiene entonces, que las demas opciones son peores. Sin embargo, de acuerdo al ideal hegemónico o dominante, la democracia sirve mientras sea una democracia burguesa o sea, una democracia a medias o una "no democracia". Sirve mientras el poder no sea discutido o dirimido por los "pacificados".
¿Por qué tenemos que recibir todos los golpes?
¿Por qué tenemos que absorver los maltratos, las faltas de respeto, la explotación?
¿Por qué nos fuerzan a corromper nuestros ideales con limosnas para apenas conseguir lo mínimo?

Yo digo que lo hacemos por miedo a ejercer la violencia. A devolver la violencia que ellos arremeten contra nosotros. Ellos tienen todo: dinero, recursos, medios de comunicación, religiones, tierras, medios de producción (que no les expropiamos por lo mismo), la fuerza armada en su forma policial o militar. Se comienza por los medios de producción, nuestros por ley moral aunque ellos los hayan capturado bajo derecho "divino".
Pero va a llegar un dia, como en San Petersburgo en febrero de 1917, donde estalle la violencia de los de abajo, de los oprimidos (que es siempre generada por la violencia de los de arriba con connivencia de los del medio...) y sea una masacre. Porque siempre que se reprime algo tanto tiempo estalla -explota- de manera feroz e indiscriminada. ¿Por qué quien es capaz de medir la indignación? Nadie.
Y rodaran las cabezas de los dueños del todo absoluto y seran la nada. Y ejecutaran a los patrones y a todos los carneros en paredones espontáneos, anecdóticos.
Y por fin, la Libertad, será real. Ya no un sueño a medias que es el que poseemos ahora gracias a un gobierno que lamentablemente no se anima a mas (o no quiere mas).
Y la Patria dejara de ser colonia cuando consigamos el monopolio de la violencia.