miércoles, agosto 24, 2011

Tirar desde la izquierda

Eruditos modernos se mofan de la idea de muchos (mia tambien) de insertarse dentro del núcleo del poder estatal y hacer fuerza ideologicamente desde las bases para lograr hacer de este modelo centrista tibiamente "progresista", en un gobierno de izquierda real. Indudablemente, es un proyecto hercúleo, como también lo es la revolución marxista leninista. Estos eruditos cuestionan lo que ellos entienden como una endeblez ideológica de parte de los que a sabiendas que el poder se puede transformar, lo intentamos hacer desde adentro. Si esta claro. Un cincuenta porciento de la población apoyó un modelo de mediana inclusión social. Quizás el mismo cincuenta al que le importa poco o muy poco las desapariciones de Luciano Arruga o Julio Lopez. El mismo cincuenta que no se molesta por el patrimonio de los gobernantes (como tampoco se interesa por el patrimonio de aquellos popes capitalistas dueños de medio país en forma de empresas explotadoras), ni tampoco se interesa por las feroces represiones en ambos extremos del pais para defender un modelo neoliberal que hoy por hoy ya no existe. Y ojo, no es que lo hay es glorioso. Pero es mucho mejor de lo que existía. Y, los que estamos adentro, sabemos que, aunque hay que asfaltar, los caminos estan trazados para hacerlo. Y hay margen para lograrlo. JP Feinmann dijo el lunes siguiente del triunfo del oficialismo en las primarias "Para la derecha siempre será demasiado, para la izquierda siempre será demasiado poco". Y si. Va a ser asi. Pero es asi porque esto es "democracia". Y la democracia siempre fue burguesa. El problema grave fue cuando esa burguesia era una burguesia financiera, especuladora, no productora. En ese momento, nos fuimos al garete y, paradojicamente, la izquierda fue mas débil que nunca. Paradojicamente es un decir. La izquierda empieza a tener voz fuerte en los momentos de mayor crisis y en los momentos de mayor paz o estabilidad. Nunca en los grises. Siempre con motu propio, sin embargo, a la vista de los moderados, manejada por la derecha. Los sabios de la izquierda nacional se mofan de ese pensamiento. Ellos no le hacen el juego a la derecha porque los mismos moderados son la derecha. Su alianza táctica con la ultraderecha es solo para desbancar a los mencheviques del poder y luego disputárselo a sus otrora aliados. Un pensamiento desfasado. ¿Un ejemplo? Cristian Castillo dándole un largo reportaje a Clarin hablando de las burocracias sindicales jamas denunciando que Clarin echó a toda su comisión gremial interna. La izquierda trotskysta con la derecha neoliberal de la mano destrozando (y en algunos casos con razón) al moderado oficialismo. De Altamira no hablemos. El jerarca trosko que financia las campañas con las empresas manejadas por sus testaferros. Una vergüenza para la izquierda alrededor del globo.

Estos revolucionarios quieren llegar al poder (y lo intentan desde hace cuarenta años) por via electoral. Claro, salvo casos como Cuba donde la guerrilla y la gente del campo conquistaron la revolución, en Rusia por ejemplo, la revolución solo se logró porque los bolcheviques habían llegado al ejercito. La situación mundial, la primera larguisima guerra mundial, había empobrecido mas que nunca al pueblo, y los militares pudieron ser seducidos por la prédica de Lenin y Trotsky para poder tomar el Palacio de Invierno.

En este país, los militares, de la mas rancia tradición falangista y ultra católica, jamas de los jamases se uniran a la izquierda revolucionaria (que lejos esta incluso de existir), por tanto, la izquierda no tiene poder de fuego. Tampoco tiene medios de comunicación importantes (aunque tal vez deberían agradecerle a la Ley de Medios la posibilidad futura de tenerlos), o la capacidad militante que hoy por hoy tiene el peronismo.

Entonces, la realidad es que, los eruditos, en su siesta eterna, pueden seguir ejerciendo sus vidas pequeño burguesas desde la crítica eterna e imbécil, mientras los demas,

sabiendo donde esta el poder, podemos intentar cambiarlo desde adentro para que sea izquierda de verdad.

Pero cuando quieran, vamos y fusilamos a los Blaquier, a los Biolcati, a los Llambias, a los Roggio, a los Macri; ideologizamos a las masas, expulsamos a los terratenientes, recuperamos las tierras y hacemos viviendas populares que sirvan de fuertes para la revolución comunista.

¿Qué? ¿Es un sueño?

¿Entonces que carajo hacemos?

Ah, por eso es que nunca lograron nada.

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