martes, febrero 23, 2010

La Política de la Confrontación

De una u otra manera, el título de esta actualización es a la vez una paradoja a la vez una redundancia. Política es en su sentido mas estricto, atravesar los conflictos de ideas sin necesidad de violencia y a la vez es confrontar dura y inexorablemente con aquellos que piensan diferente. En un pasaje del último libro de Jorge Halperin "Las muchachas peronistas" él refleja como la sociedad argentina a trastocado sus pensamientos y en un giro de 180 grados a los acontecimientos que generaron el panorama político actual, es decir, el 20 de diciembre del 2001. De mas esta decir que no se quedaron todos como protestan muchos desencantados. Desaparecieron muchos viejos políticos, otros se reciclaron en embajadas, cancillerías o bancas menores y algunos si, los que supieron ver por donde venía el humo, han permanecido. Ese hecho de alguna manera violento llamaba a mover al ciudadano. No fue una revolución en tanto el significado romántico de la palabra, pero si fue un fuerte grito de que el pueblo -cuando el ejercito calla- puede cuando lo aprietan demasiado. Es cierto, se necesito la connivencia y conspiración de algunos que para esa época ya se andaban escondiendo y esperando salir, como Duhalde, pero la clase media, la mas coloquial en términos de dinero, se expresó.

Nueve años después nos encontramos con el sinónimo "crispado" seguidas veces. La sociedad esta en un momento donde no quiere peleas. No quiere discusiones ideológicas. No quiere "izquierdas" o "derechas". La sociedad quiere que sus políticos demuestren acuerdo.

¿Por qué?

En definitiva porque el termómetro social lo impone la clase media y la clase media hoy tiene dinero, pero tiene un gobierno al cual no acepta. No lo acepta por simbolismos. El primero, es que la sociedad argentina tiene un fuerte dejo machista y no puede aceptar una mandataria que sea del sexo opuesto. Si las aceptó a regañadientes en el pasado es porque entendía que estas dos (Evita e Isabel) eran manejadas por alguien mas. Un hombre. De hecho, hoy mismo se dice esto de la presidenta actual. No es curioso.
Lo segundo es que la clase media de cierta edad se vio despojada de ideales durante la década de los '90 y no ve con buenos ojos que el gobierno presente actúe en contra de los represores setentistas. Sobre todo cuando a los representantes del gobierno se los caracteriza como montoneros. Personajes que para la clase media de los '70 (y nuevamente de los '90) son iguales o peores que el ejercito que promovió el terrorismo de estado o la triple A. Porque los montoneros como el ERP querían ir en contra de la democracia (técnicamente no es muy alejado de lo que quieren hacer hoy algunos partidos, pero la clase media tiene una característica nefasta: poca memoria y estrechez de miras).

Entonces, con los medios masivos en contra, la política esta crispada porque el gobierno rehusa acordar con la oposición.

¿Pero por qué debería hacerlo? La política esta vista como un negocio justamente por esta clase de pensamientos. Es un negocio porque todos estan acostumbrados a ceder algo. Pero la ideología no habla de ceder. La ideología habla de defender lo que uno cree y quiere. Y a través de la ideología se llega al campo político.
Entonces lo necesario es crisparse y discutir y luchar por lo que uno cree correcto aunque los rivales (enemigos) sean millones.

Porque transar es crispar.
Confrontar es Hacer Política.

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